martes, 7 de octubre de 2008

Análisis de la inmigración china en el Perú



La economía del Perú colonial se basaba en la exportación de materias primas y minerales (también minerales preciosos como la plata y el oro). La producción agrícola de caña de azúcar y algodón era básicamente para auto-consumo, siendo producidas mayormente en haciendas con mano de obra esclava; debido a que era más rentable para la economía colonial el traer azúcar de México al Perú que el crear las condiciones para producirla en gran escala. Estas condiciones variaron con la llegada de la independencia.

Durante los primeros años de la joven República, hubieron intensos debates acerca de las ideas liberales de abolir la esclavitud. Muchos hacendados y militares tenían haciendas, en donde la mano de obra esclava era de importancia capital. Por ello, había mucha reticencia a la manumisión de los esclavos, a diferencia de otros países en los que se proclamó inmediatamente la abolición de la esclavitud (como Chile). Uno de estos militares hacendados fue Rufino Echenique, quien llegó a ser presidente del Perú. Compró y modernizó una hacienda azucarera localizada en el valle de San Pedro de Lurín, destacando la gran cantidad de esclavos que poseía. Esto era algo particularmente importante al momento de hacer negocios, la cantidad de esclavos de la cual se disponía. Y a la vez, la economía agrícola basada en la esclavitud, estaba condenada a la auto-subsistencia y rendimientos mínimos no acordes a un ideal exportador a gran escala, puesto que el desgano en el trabajo que ponían los esclavos, sus frecuentes motines y huidas, así como los abortos que se sometían las negras embarazadas, contribuían a una baja producción en las haciendas. Sin embargo, la idea colonial aún persistía en la mentalidad de los terratenientes de la época, acerca de la necesidad de mantener la mano de obra esclava.

Cuando Castilla llega al poder y en 1854 decreta la abolición de la esclavitud en todas sus formas, fue cuando la producción de las haciendas enfrentó un reto mayor, nunca antes visto. Los terratenientes, persistiendo en la mentalidad colonial, intentaron reemplazar los esclavos por otros; esto es, en vez de favorecer una llegada masiva de inmigrantes europeos (u orientales) para entregarles terrenos a concesión para su respectivo cultivo, se pensó entraer otro tipo de "esclavos", personal que no reclame mucho y gane poco, que trabaje faenas de sol a sol sin chistar y que sus países no reclamasen de manera escandalosa. Y en esto, los europeos no cuadraban, motivo por el que se favoreció la llegada de coolíes chinos. Recordar que para dicha época empezaba la bonanza del guano y rápidamente el país dispuso de capitales con los cuales se pudo invertir en modernizar las haciendas y se empezó a exportar en grandes cantidades el azúcar, debido a la guerra de secesión de EEUU, que disminuyó la producción de EEUU y favoreció las ventas de Cuba y Perú hacia Europa, concretamente hacia Inglaterra.

Algo que aclarar, si bien la ley del 17 de noviembre de 1849 favorecía la inmigración y permitió la entrada de los primeros coolíes chinos, fue a partir de las siguientes décadas que el "tráfico amarillo" tuvo su apogeo. En esta ley de emigración (ley chinesca) se favorecía con primas de 30 pesos por persona a los introductores de colonos de 10 a 40 años, y se le dió carácter retroactivo para favorecer a Domingo Elías y los 75 pasajeros chinos que ingresó el 15 de octubre de 1849 al Callao, para laborar en sus haciendas.



En el cuadro anterior, se verifica el número de coolíes chinos introducidos al Perú hasta 1874 y también se puede apreciar la alta mortandad durante la travesía hacia el Perú (cerca del 10% de embarcados), en un viaje que en promedio duraba 90 días. Hay que señalar que inicialmente los coolíes partían del puerto de Cantón hasta 1854, año en que el gobierno chino enterado de los fraudes que solían cometerse al momento de la contrata, suspende las salidas y empiezan a realizarse las mismas en Macao (colonia portuguesa) a partir de 1857, de ahí el apelativo "chino macaco".

Hubo muchos beneficiados con el tráfico de coolíes, desde los armadores-transportistas hasta las compañías que "compraban" a los coolíes una vez llegados al Callao y los redistribuían a las haciendas; siendo los principales compradores Canevaro & Cía., Candamo & Cía., Juan Ugarte entre otros. Los principales hacendados que adquirían a los coolíes fueron Delgado, Elguera, Laos, Swayne, Luis Albrecht, Paz Soldán y O'Higgins entre otros; casi todos de los valles de Cañete, Lima y Chicama.

Las condiciones de contrata y laborales una vez llegados al Perú las explicamos en el anterior post, en las islas guaneras, construcción de ferrocarriles y haciendas de cañaverales (es importante señalar que para 1874 de los 87 647 coolíes llegados, más de 50 000 se hallan empleados en los latifundios de la costa). Asimismo, los coolíes dormían hacinados en galpones, cual esclavos, en condiciones pésimas de higiene y alimentación, también participaban ellos mismos en actividades de juegos de azar y consumo de opio, lo cual en no pocas ocasiones conllevó a crímenes entre ellos y también contra los hacendados. Por ejemplo, en la Memoria publicada por el Ministro de Estado en Justicia, Instrucción y Beneficencia para 1862, se detalla en el cuadro general de presidiarios, la presencia de 20 ciudadanos asiáticos cuya patria se describe como Cantón, condenados bajo el cargo de homicidio, constituyendo el grupo de extranjeros detenidos de mayor número para dicho año. Asimismo, en las haciendas los intentos de fuga dadas las condiciones de explotación y los castigos corporales (como colocarlos en un cepo por semanas enteras) se hallaban a la orden del día .

Es así que llegan los días de la Guerra con Chile y la expedición militar chilena tenía en Patricio Lynch un oficial destacado, quien había aprendido el idioma cantonés durante su participación en la guerra del opio (guerra anglo-china) y conocía las costumbres de los coolíes, de tal manera que en muchas haciendas los coolíes lo vieron como un "salvador". Incluso existen crónicas que afirman se organizó un "batallón" de soldados coolíes emancipados, liderador por un tal Quintín Quintana, que combatió a las tropas peruanas en la Batalla de Lima y participó en los saqueos de las haciendas costeras.

El fin del tráfico de coolíes empezó en mayo de 1872, cuando partió del Callao el barco peruano "Mariluz" hacia Macao, para traer 255 culíes para las haciendas norteñas. Debido a una tormenta la nave sufrió una avería el 10 de julio de 1872, teniendo que efectuar una escala obligada en Yokohama, Japón. Uno de los coolíes escapó, cansado de los malos tratos a los cuales empezaba a verse sometido y se refugió en una nave británica, en donde solicitó ayuda. El Encargado de Negocios Inglés, gestionó ante las autoridades japonesas una investigación para llegar a la verdad respecto a la denuncia del chino evadido. Como conclusión de la investigación, se llegó a que las condiciones de vida dadas para el viaje y por el contrato eran inhumanas, quedando los 255 coolíes libres del mismo y con la potestad de regresar a China. El final del tráfico de coolíes se produce en 1874, cuando mediante el tratado de Tien Tsin los representantes peruanos aceptan las condiciones del gobierno chino.






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(1) Michael J. Gonzales. Chinese Plantation Workers and Social Conflict in Peru in the Late Nineteenth Century. Journal of Latin American Studies, Vol. 21, No. 3 (Oct., 1989), pp. 385-424
(2) Ricardo LaTorre Silva. LA INMIGRACIÓN CHINA EN EL PERÚ (1850-1890) Boletín de la Sociedad Peruana de Medicina Interna - Vol.5 Nº 3 - 1992
(3) Formación de las haciendas azucareras y orígenes del APRA. Peter F. Klaren. IEP 1976.
(4) La inmigración en el Perú. Juan de Arona 1891.
(5) El Capitalismo agrario en el Perú. Jean Piel. Universidad de Salta 1995.
(6) Memoria que presenta el Ministro de Estado en el departamento de Justicia, Instrucción Pública y Beneficencia al Congreso Nacional de 1862, Imprenta de la Epoca 1862.
* Fotografía tomada de "Cuando Oriente llego a América: Contribuciones de inmigrantes chinos, japoneses y coreanos". Banco Interamericano De Desarrollo 2005
* Cuadro extraído de la referencia (1).

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